
100% de bonificación en el primer deposito bono de bienvenida
Una final llena de emociones y decisiones polémicas
El Real Madrid ha visto cómo se esfumaba otro título al perder en los últimos minutos de la prórroga, merced a un gol de Koundé, en un partido marcado por la buena imagen ofrecida por los de Carletto. A pesar de tener en sus manos la consecución de la Copa del Rey, los errores, demasiado groseros y en momentos clave, le penalizaron terriblemente.
Un primer tiempo complicado para el Madrid
En lo relativo a lo meramente futbolístico, Ancelotti sorprendió tanto con la alineación como con el sistema. Además de volver al 4-4-2, el italiano dio entrada a Ferland Mendy en el «once» titular a pesar de estar casi siete semanas de baja. La ausencia de Camavinga y el temor a Lamine Yamal le llevaron a arriesgar con el francés, mientras que Mbappé, que parecía que iba a ser titular, se quedó en el banquillo.
El Madrid salió timorato y, literalmente, apabullado por el Barça, muy efectivo en la presión. A los ocho minutos, parte del plan de Carletto saltó por los aires cuando Mendy, en un intento de corte, cayó fulminado, resintiéndose de su lesión. Tuvo que ser sustituido por Fran García, quien se las tendría que ver con Lamine Yamal.
Rondaba el Barça el área madridista, que se defendía como gato panza arriba hasta que llegó el minuto 27. En una contra rapidísima del Barça, Yamal vio desde la banda la llegada de Pedri, completamente solo y libre de marca. El canario conectó un derechazo espectacular que se incrustó en la escuadra derecha de la meta madridista, presagiando una nueva goleada.
Reacción y dominio en la segunda parte
Sin embargo, lejos de hundirse, el Real Madrid recibió el tanto como una descarga eléctrica y despertó de golpe. Liderado por un gran Bellingham, que empezó a mover al equipo, llegó el que pudo haber sido el empate en el minuto 34. El británico logró marcar, tras una buena pared con Vinicius, pero se encontraba ligeramente adelantado y el tanto fue invalidado.
La segunda mitad empezó con la gran novedad de Mbappé en el equipo, sustituyendo al desaparecido Rodrygo. El equipo cambió como de la noche al día. A partir de ahí, el Madrid se transformó en un huracán que arrasó con el Barça, embotellando a su rival en su área. En el minuto 48, Bellingham robó en la medular y montó una buena contra, abriendo a Vinicius, quien, aunque desacertado, tuvo varias oportunidades.
El Madrid continuó insistiendo y, gracias a un saque de esquina botado por Güler, Tchouameni se levantó en el área pequeña para conectar un espectacular testarazo, adelantándose a Koundé y dando la vuelta al marcador. El título parecía estar a un paso, pero una nueva lesión de Rüdiger obligó al equipo a dar un paso atrás.
Polémicas arbitrales y un desenlace dramático
A pesar de la polémica arbitral provocada por las inaceptables declaraciones de los árbitros principales en su rueda de prensa del viernes, el partido se disputó sin problemas. Aunque De Burgos Bengoetxea hizo de las suyas en pequeñas cosas, hay que reconocer que el VAR evitó que el colegiado vasco pudiera ser protagonista al anular un penalti por un piscinazo de Raphinha.
Con el Madrid siendo dueño del partido, la situación se complicó. En el minuto 81, el Barça avisó con un gran disparo de Yamal, que Courtois detuvo con una gran mano. Sin embargo, solo dos minutos más tarde, llegó el empate en una contra inesperada del Barça. Courtois, en una salida alocada, no pudo evitar que Ferrán le batiera a placer.
Los últimos minutos del tiempo reglamentario fueron un correcalles, con muchas ocasiones y polémicas. Los culés reclamaron un posible derribo de Rüdiger a Ferrán dentro del área, pero ni De Burgos ni el VAR estimaron nada punible. El problema llegó en el descuento, cuando Raphinha se internó en el área y, tras un cruce de Asencio, el árbitro señaló penalti, aunque afortunadamente el VAR anuló la decisión.
Una prórroga marcada por el desgaste
El partido llegó a la prórroga, un tiempo extra marcado por el cansancio y las imprecisiones. A pesar de la posibilidad de hacer cambios, Ancelotti no movió el banquillo hasta casi el final de los primeros 15 minutos. En el minuto 116, Koundé aprovechó un error de Modric y, tras un espectacular derechazo, batió a Courtois, dándole el título al Barça.
El Real Madrid no dijo su última palabra. En la siguiente jugada, un buen servicio de Brahim sobre Mbappé lo dejó solo ante Szczesny. Sin embargo, la jugada fue invalidada por un fuera de juego milimétrico. A partir de ahí, se desató una tangana que culminó con la expulsión de Rüdiger, Bellingham y Lucas Vázquez, reflejando la frustración del equipo.
Un nuevo tropiezo y el futuro por delante
La actuación del árbitro dejó un sabor amargo en el madridismo. Las decisiones polémicas y el desgaste emocional del partido podrían tener consecuencias en los próximos encuentros. Con esta derrota, el Real Madrid acumula 14 en esta temporada, un dato que invita a la reflexión.
El equipo deberá levantarse y aprender de esta experiencia. La pasión y la entrega de los jugadores siempre estarán presentes, pero es crucial corregir los errores para que el próximo título no se escape de las manos. El futuro es incierto, pero la historia del Real Madrid está llena de resiliencia y grandes momentos. ¡A seguir luchando!
