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Luka Modric lo acaba de confirmar. El centrocampista croata ha publicado un mensaje en sus redes sociales anunciando que se irá del Real Madrid a final de la presente temporada. Este anuncio supone un punto y aparte en una historia que ha dejado huella no solo en su carrera, sino en la memoria colectiva de todos los madridistas.
El adiós de una leyenda
El partido del sábado, en el que el conjunto blanco se enfrentará a la Real Sociedad en la última jornada de LaLiga, será el último que Modric dispute en el estadio Santiago Bernabéu frente a la que ha sido su afición en los últimos 13 años. Un encuentro que promete ser agridulce, lleno de emociones y recuerdos. La afición blanca estará a la altura, brindando un homenaje que el croata sin duda merece.
«Ha llegado el momento. El momento que nunca quise que llegara, pero así es el fútbol, y en la vida todo tiene un principio y un final… El sábado jugaré mi último partido en el Santiago Bernabéu. Llegué en 2012 con la ilusión de vestir la camiseta del mejor equipo del mundo y con la ambición de hacer cosas grandes, pero no me podía imaginar lo que vino después.» Estas palabras resuenan con la claridad de un eco, invitando a la reflexión sobre la carrera de un jugador que se ha convertido en sinónimo de grandeza.
Un viaje lleno de hazañas
Jugar en el Real Madrid me cambió la vida como futbolista y como persona. La trayectoria de Luka Modric es un relato épico de pasión, sacrificio y dedicación. A lo largo de estos años he vivido momentos increíbles: remontadas que parecían imposibles, finales, celebraciones y noches mágicas en el Bernabéu. Lo hemos ganado todo y he sido muy feliz. Muy, muy feliz. Cada uno de esos instantes marca un hito en la historia del club.
El palmarés de Modric brilla con luz propia y incluye 5 Ligas de Campeones, 3 Supercopas de Europa, 3 Supercopas de España y una Copa del Rey. Estos trofeos no son solo cifras; son relatos compartidos por el jugador y sus compañeros, un símbolo de una era dorada en la historia del Real Madrid. Lo que ha logrado va más allá de los títulos y las victorias, ya que el centrocampista se lleva consigo el cariño de todos los madridistas.
Un legado imborrable
«Quiero dar las gracias de corazón al club, especialmente al presidente Florentino Pérez, a mis compañeros, entrenadores y a toda la gente que me ha ayudado durante todo este tiempo.» Con estas líneas, Modric deja claro que su éxito nunca fue un camino solitario. Cada pase, cada gol y cada victoria se forjaron en un colectivo donde la unidad y la colaboración fueron clave.
Pero más allá de los premios y la gloria, su conexión con la afición ha sido el verdadero tesoro. «De verdad que no sé cómo explicar la conexión tan especial que tengo con vosotros y lo apoyado, respetado y querido que me he sentido y me siento.» Luka ha logrado que cada ovación, cada gesto de cariño se convierta en parte de su esencia. Me voy con el corazón lleno, lleno de orgullo, de gratitud y de recuerdos imborrables.
Un nuevo capítulo en la vida de Modric
El Mundial de Clubes será la última competición que dispute como madridista, cerrando una etapa dorada y cambiando la piel de la leyenda. «Nos volveremos a ver. El Real Madrid siempre será mi casa. Para toda la vida.» Frases como éstas, que evocan nostalgia y esperanza a la vez, nos recuerdan que, aunque salga por la puerta grande, su huella permanecerá siempre en el corazón de los seguidores.
La historia de Luka Modric es, en muchos sentidos, un homenaje al esfuerzo. Su paso por el club ha sido una masterclass de cómo el talento, cuando se acomoda en un entorno adecuado, puede florecer desmesuradamente. A medida que el silbato final resuene en el Santiago Bernabéu, no solo habrá aplausos; habrá lágrimas y sonrisas entrelazadas, un reflejo del viaje compartido.
Por último, el legado de Modric, más que un cierre, abre puertas a nuevos comienzos. A medida que uno de los mejores mediocampistas de la historia cuelga sus botas, la expectación está en cómo el club y sus nuevos talentos absorberán la esencia ensayada por este croata que ha sabido encarnar la mística del Real Madrid. La pasión y el espíritu de lucha que ha transmitido son lecciones perpetuas que perdurarán en los tiempos venideros.
Hala Madrid y Nada Más.
