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En una definición por penales visceral y llena de tensión, el Real Madrid se enfrentó al Atlético de Madrid en un choque que vibró en cada rincón del estadio. Este emocionante derby madrileño no solo se trató de un partido; fue una batalla que dejó a los aficionados al borde de sus asientos y se convirtió en un capítulo más de la historia rica y apasionada entre estos dos gigantes del fútbol español. Finalmente, el equipo merengue logró superar a su eterno rival y se metió en los cuartos de final de la Champions League 2024/25 en una de esas noches que permanecerán grabadas en la memoria de los hinchas.
Un desarrollo tenso que se definió en los penales
Los primeros 90 minutos de juego fueron un despliegue de emoción y sufrimiento, donde ambos equipos lucharon por el control del balón. El Atlético se llevó la victoria en el tiempo regular con un 1-0, resultado que levantó los ánimos de su afición y puso un nudo en el estómago de los seguidores blancos. Sin embargo, el destino tenía reservado un desenlace diferente y dramático.
Fue en la tanda de penales donde se inició el verdadero espectáculo. Julián Álvarez, el joven delantero del Atlético, se presentó con seguridad frente al balón para ejecutar su penalti. Sin embargo, el VAR se convirtió en un protagonista inesperado. El colegiado, tras revisar la jugada, dictaminó la anulación del gol por un presunto doble toque. Una decisión que dejó a todos atónitos y sumó más dramatismo a un partido ya electrizante.
Las reacciones tras la decisión arbitral
El eco de esa anulación aún resonaba en el ambiente cuando el periodista Pedro Fullana, del programa El Larguero, compartió unas declaraciones impactantes que Julián había hecho a su círculo íntimo al salir del vestuario. “Cuando ha salido del vestuario ahora mismo, Julián, que se ha encontrado con sus hermanos y con su gente, lo que les ha dicho a ellos fue ‘yo no he notado nada. Yo me resbalo, pero no he notado que tocara el balón con la otra pierna’», reveló Fullana, capturando la esencia del momento y el desasosiego que sintió el jugador.
En un contexto donde las emociones están a flor de piel, Diego Simeone se refirió a la controversia en su típico estilo combativo. «El árbitro dice que Julián toca la pelota con el pie de apoyo, pero la pelota no se mueve», expresó con su característico temperamento. Para él, la decisión arbitral no solo fue errónea, sino que merecía ser cuestionada en el terreno de los periodistas. «¿Ustedes vieron que la toca dos veces? Si vieron que Julián la tocó dos veces levanten la mano. No la levanta nadie…», ironizó, dejando patente su desacuerdo con la interpretación de la jugada.
Una serie de penales llena de tensión
Con la presión a su máximo nivel y los corazones latiendo al compás del ritmo del juego, los penales se convirtieron en el eje central de la resolución del encuentro. Cada lanzamiento, cada acierto y cada fallo, se vivió como una película de acción donde el suspenso no solo se sentía, sino que se respiraba en el aire. En esa delgada línea que separa el miedo de la gloria, ambos equipos caminaron, uno buscando el pase a la siguiente fase en la Champions y el otro aferrándose a la esperanza.
Las estadísticas también jugaron su papel en esta confrontación. El Real Madrid, fuerte en su defensa, tuvo que hacer frente a un Atlético que no escatimó esfuerzos y mostró determinación a lo largo de la competición. Con 14 remates, 5 a puerta y una posesión del 55%, el equipo del Cholo Simeone luchó con tenacidad, pero el camino se les hizo más empinado tras la tanda de penales.
Un dato a destacar es que el Real Madrid ha logrado un impresionante 80% de éxito en las tandas de penales en la historia de la Champions, y esta noche no fue la excepción, demostrando que en situaciones de presión, los merengues saben manejar la tensión como pocos.
El futuro que les espera
Con esta victoria, el Real Madrid no solo avanza, sino que genera una inyección de confianza en el equipo de cara a los cuartos de final. Mantener la inercia ganadora es fundamental en este punto de la temporada, y el equipo comandado por Carlo Ancelotti deberá afinar su táctica y estrategia para enfrentar al rival que se les presente en la siguiente fase.
El derbi de Madrid dejó huellas imborrables tanto en el campo como en las gradas. Las emociones y la controversia navegaban de la mano en cada rincón, y el sabor del encuentro seguirá resonando en las conversaciones entre aficionados y expertos durante mucho tiempo. Estando así, el real desafío ahora será construir sobre esta victoria épica, manteniendo el enfoque y la determinación necesarios para buscar el título tan deseado en Europa esta temporada.
Una vez más, el Real Madrid ha demostrado que, en el fútbol, todo es posible, y cada partido puede ser un espectáculo que trasciende el simple marcador. Este equipo sigue vivo en la lucha por la gloria europea, un sueño tan real como la pasión que despierta en su afición. La próxima entrega, seguramente, será igual de emocionante.
