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La tensión de los penaltis
Esperaba que apareciera mi pareja por la habitación y ver juntos la tanda de penaltis que tanto había celebrado Simeone, pero él estaba igual o más nervioso que yo en otra zona de la casa donde poder vivir en solitario aquel momento para no alterarme aún más de lo que ya estaba. Apreté con fuerza los párpados mientras oía cómo aficionados al fútbol, en su mayoría los atléticos que tengo alrededor, que son muchos, estaban histéricos por poder pasar la eliminatoria. No por el hecho en sí de conseguir estar en la siguiente ronda, sino por haber derrotado al Real Madrid.
La polémica de la norma
¿Hace falta que explique esos penaltis? ¿La carrera de Davide para cerciorarse de los dos toques de Julián Alvarez era necesaria? Nadie lo definió mejor que Modric tras la finalización del partido: “Si es la norma no entiendo la polémica”. Estoy convencida de que nada así hubiera pasado si el sancionado hubiera sido el Real Madrid; nada de debate ni controversia alguna, pero sea como sea, a día de hoy está estipulado así y es lo que hay. Por supuesto luego vino la celebración de nuestros jugadores… observada con lupa por todos los medios allí presentes o incluso sin estar presentes.
La mirada crítica hacia el Real Madrid
De nuevo, esa lupa que siempre tenemos encima nos persigue, busca, rastrea y hostiga porque solo nosotros vendemos, solo nosotros somos los más grandes de Europa (y el mundo), y solo nosotros damos publicidad a esta Liga maltrecha de Tebas. Si no lo alentamos nosotros, ¿quién más lo hará? Después del comunicado del Real Madrid tras la falta del RCD ESPANYOL a Mbappé que bien podría haberle roto de por vida, ahora son muchos los comunicados, quejas de entrenadores como Imanol, Simeone y el propio Espanyol los que no paran de quejarse de los árbitros.
La doble moral en el fútbol
De nuevo, se demuestra que algunos pueden hablar con razón o sin ella, pero nuestro equipo, aparte de no poder hacerlo, sí parece merecer todas las críticas. No se dan cuenta, ni quieren hacerlo, que no tienen el mismo peso en las televisiones ni mucho menos en Europa y no se quieren dar cuenta de que lo que nos hagan a nosotros se lo harán a ellos. En este mundo del revés en el que el fútbol es destruido por los propios equipos que viven de él, aquello de no morder la mano que te da de comer debe ser un invento de Florentino, pero no olvidemos que hay madridistas que están de acuerdo con esas quejas y nunca, nunca, pero nunca, oyeron hablar de esa norma que ya se aplicaba antes de que hubiera VAR.
El odio que trasciende el deporte
¿Qué ocurre cuando el odio, sí odio, por alguien o algo supera todos los límites posibles? Que entonces las normas, aunque vengan de la propia FIFA, son pasadas por alto bajo comentarios como “es solo una recomendación”, ni que fueran a cambiar de actitud si fuera una obligación. Ya sabréis a qué viene todo esto, dejando a un lado las 72 horas de descanso recomendadas entre partido y partido, y obviando en dos ocasiones las peticiones de nuestro equipo para jugar contra el Villarreal en otro horario y/o día, el señor Tebas ni escuchó ni quiso hacerlo, pero su actitud le salió rana; nuestro equipo ganó.
La respuesta del Real Madrid
Más allá de eso, nuestro entrenador confirmó que el equipo no volvería a jugar bajo estas circunstancias. ¿Opinión por parte de la prensa patria? Risas, risas y más risas en radio. Pues que continúen las risas y ya veremos quién acaba con quién, como siempre decimos CONTRA TODO Y CONTRA TODOS. Todo lo que está ocurriendo es más que fútbol, es odio por nuestra historia, nuestros títulos y todos los aficionados en todo el mundo. Lo siento por ellos, será más que fútbol, pero muchos no nos vamos a doblegar en nuestra defensa, digan lo que digan y hagan lo que hagan.
La lucha del Real Madrid en un entorno adverso
Aquello de «bendita ignorancia» se aplica con orgullo y en voz muy alta cuando el afectado es el Real Madrid, tanto es así que el perjuicio se aplica a nuestra competición casera por parte del señor Tebas, y digo señor porque no soy como él y sé tratar con educación sin menoscabo alguno. En este contexto, la lucha del Real Madrid no es solo por los puntos en la tabla, sino por el respeto que merece como uno de los clubes más grandes del mundo. La pasión que sentimos por nuestro equipo trasciende lo deportivo, y es un recordatorio constante de que el fútbol es mucho más que un simple juego.
