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Reflexiones tras una decepcionante temporada
La verdad es que, pasadas casi 24 horas de uno de los mayores fiascos de los últimos años, lo cierto es que no estoy tan mal como pensaba. Quizás, el hecho de tener una ya ciertamente provecta edad y, sobre todo, el haber vivido tantos años de infinita hambre y pobreza, en Europa y en España (bastantes más que los años de «vacas gordas»), me han permitido que hace tiempo que aprendí a disfrutar enormemente de las victorias, pero también a relativizar las derrotas, por duras que sean, como la de ayer.
Un ciclo que llega a su fin
Está claro que el ciclo de Carletto ha llegado a su fin y, quizás de la peor forma posible. Con un equipo en una situación decadente y con algunos jugadores extenuados y, lo que es peor, mentalmente agotados. En esta temporada se han juntado las peores circunstancias en los momentos menos propicios.
Las dificultades en la Champions
Además de una decepcionante Fase de Grupos, en la que el Real Madrid nunca dio la talla, salvo pinceladas concretas (de ahí que tuviésemos que sudar sangre para clasificarnos y jugar esa especie de fase previa para octavos ante un decadente Manchester City), nunca vimos a la mejor versión del equipo. Sufrimos para eliminar al Atleti y nos estrellamos contra el Arsenal, en una pésima eliminatoria donde jamás tuvimos opciones para el triunfo.
Un futuro que no se debe quemar
Pero no he venido aquí a hablar de estos partidos, de los que creo que ya está todo dicho. Quiero pensar en un futuro próximo y, contrariamente a lo que pasa después de algo así, yo al menos me niego a quemarlo todo. A romper con el pasado y renegar de una serie de jugadores que, salvo unos pocos que, por distintos motivos, no dieron la talla, me parecen absolutamente aprovechables. Jugadores jóvenes, tremendamente talentosos y que han demostrado que saben ganar.
La importancia de mantener una base sólida
Es comprensible, sin duda, pero en mi modesta opinión, sería un completo error acometer esa «limpia» total en el vestuario y comenzar de cero. Hay mimbres de sobra para poder seguir haciendo ese cesto, esté quien esté en el banquillo. Y todos sabemos de quiénes estoy hablando. Jugadores con 23, 24 y hasta 30 años con mucho por hacer y con nada que demostrar.
Que sí, que hay jugadores que deberán salir. Como siempre, en todo proyecto que empieza hay piezas que encajan y otras que no, pero eso no implica pensar, como estoy leyendo por ahí -seguramente llevados por la calentura de la derrota- que ya no vale nadie. O casi. Y que hay que liquidar a media plantilla y no dejar piedra sobre piedra. Desde la Presidencia hasta el último utillero…
Lecciones del pasado
Para los más escépticos, decirles que aún resuenan en mis oídos aquella encuesta de El Chiringuito, tras hacerse pública la renovación de Kroos al acabar la nefasta temporada 2018/2019 (infinitamente peor que ésta, por cierto). Salvo dos, el resto de «cabezas» -de esas 9 de cada 10 que, como decía Machado, en vez de pensar, embisten- querían vender al alemán y pensaban que su renovación había sido un error.
¿Os imagináis que habría sido de nuestro futuro inmediato de haber hecho caso a esa gente? Sobre todo tras una temporada terrible y decepcionante como aquella, en la que en apenas un par de semanas de marzo nos caímos de la lucha por todos los títulos, la tentación era la de arrasar con todo. Hasta con Zidane, quien contra todo pronóstico, se hizo con los mandos de una nave a la deriva y acabó con unos números más propios de Lotina…
Esperanza en la reconstrucción
Sin embargo, como de las derrotas se aprende (bastante más que de las victorias, por descontado), ese mismo equipo, dirigido por el propio Zidane, con tres o cuatro retoques (caros e ineficaces, por cierto, porque salvo Mendy, el resto de fichajes apenas rindió según lo esperado) ese equipo remontó el vuelo y se acabó proclamando campeón de Liga.
Y algo parecido sucedió al acabar la temporada 2020/2021, un inusual año en blanco donde, una vez más, se optó por continuar con un bloque, dar las bajas necesarias (ni más ni menos) y renovar las piezas adecuadas. Así, con algunos de esos mismos, pasaron a ocupar el lugar predominante en Europa, con Ancelotti a los mandos.
Una nueva era en el horizonte
Por tanto, nos espera un futuro incierto, pero quiero creer que, como pasó en 2019 y después en 2021, las cosas se volverán a hacer bien. Porque no empezamos de cero, de la nada. Hay una sólida base, construida estos años de triunfos.
De modo que, con gran parte de unos mimbres que pertenecen a una magnífica generación, joven y exitosa que sabe lo que es dominar en Europa, y con los retoques adecuados, nadie me va a convencer de que volveremos a reinar. Porque, por más que no lo quieran entender algunos, el Real Madrid siempre vuelve. Aunque parezca que nos hemos ido tan siquiera un rato.
